Los gentiles son parte de la mitología que cuentan nuestros ancestros. Cuentan los abuelos que estos Gentiles no eran personas, sino que eran semejantes a los duendes de piel blanca, cabellos rojos o rubios, de abundante pelo en el cuerpo y de una piel callosa y dura, vivían en cuevas o pequeñas casas llamadas chullpas. Estos Gentiles se caracterizaban por ser de naturaleza maligna, eran egoístas y ambiciosos, se mataban entre ellos, robaban y violaban, cometían incesto y toda clase de aberraciones. Se dice que por todo ello los dioses decidieron castigarlos con el exterminio, pero de entre ellos sus chamanes y hechiceros pudieron predecir la decisión de los dioses, así que avisaron a su gente para que se escondieran y prepararon.
Aun hoy en muchas zonas de los andes a estos lugares malditos se les conoce como Waripuquio (manantial), Waricocha (laguna), Wariurco (cueva de montaña) y Warichullpa (casa o edificación). Cuando se encuentran restos óseos o ropas antiguas en estos lugares las personas prefieren no tocarlos y alejarse, ya que existe la creencia de que los Gentiles aun muertos pueden poseerte o meterse dentro de tu cuerpo hasta causarte la muerte.
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